sábado, 17 de mayo de 2008

El Bien

3.- El bien
Es lo que en sí mismo tiene el complemento de la perfección, o lo que es objeto de la voluntad. Lo que es favorable, conveniente: un bien para todos.
El bien es el valor otorgado a una acción de una sociedad o de un individuo, es una inclinación natural a fomentar lo deseable, motivado por una comprensión del entorno y de las personas con un profundo ejercicio de la justicia social. Un conjunto de buenas acciones (acciones bien ejecutadas) propugnan lo bueno.
Al contrario que verdad y belleza, el bien es tautológico, es lo deseable. Algunos sistemas propugnan la verdad, otros la belleza, pero propugnar el bien es tautológico, porque el bien es lo propugnable, lo deseable. Aunque todos aspiramos a vivir bien, sin embargo la forma de cómo nos hemos organizado para convivir no permite alcanzar este objetivo.

3.1. El bien como fin
El actuar humano es teleológico por naturaleza. No se concibe una colectividad o un ser humano sin fines. La colectividad y por ende los individuos sociales racionales buscan el bien tanto en la naturaleza como en la sociedad.
Aristóteles entendía este problema del siguiente modo: “Todo arte y toda investigación científica, así como toda acción y toda elección, parecen tender a algún bien; por eso se ha definido con razón el bien como aquello a lo que todas las cosas aspiran. Con todo, resulta patente cierta diferencia entre los fines de las artes y los de las ciencias, pues mientras que algunos no pasan de ser sólo acciones, otros, además de la acción, dejan un producto; y en las artes en que a la acción sigue un producto, éste es, lógicamente, más valioso que la acción misma. Y como, en efecto, son muchas las acciones y las artes y ciencias, los fines serán, en consecuencia, muchos. Por ejemplo, el fin de la medicina es la salud; el de la construcción naval, el navío; el de la estrategia, la victoria; el de la economía, la riqueza. Pero cuando algunas de las ciencias y artes están subordinadas a alguna ciencia práctica específica, los fines de ésta son preferibles a los de aquellas que le están sujetas, pues es en función de dichos fines que se organizan los demás.”
El bien es entendido aquí como aquello que todas las cosas anhelan. Luego se demuestra los fines de diferentes cosas, incluso la jerarquía de los bienes. El hombre virtuoso no puede ser desgraciado porque la felicidad (eudaimonía) es vivir bien y obrar bien. La felicidad es un ejercicio del alma conforme a perfecta virtud.
Es importante examinar en que consiste el buen vivir y como se lo adquiere. Las condiciones del buen vivir son sapiencia, virtud y placer. La felicidad se encuentra en lo bueno, lo bello y lo placentero. Existe pluralismo de bienes en Aristóteles.
Todo ser capaz de vivir según su propio proyecto, debe fijarse un fin para vivir bien en una colectividad, trabajando con fortaleza física y mental, con honor, gloria, riqueza, cultura. No ordenar la vida a un fin es signo de gran estupidez.

3.2. El bien como debe ser
Se concibe como la relación existente entre el bien y la voluntad libre y se define corno la subordinación de la voluntad libre a la necesidad moral de la ley.
La ley fundamental de la razón pura práctica es: actúa de tal forma que la máxima de tu voluntad pueda siempre valer en todo tiempo como principio de una legislación universal. La razón pura es práctica y provee al hombre con una ley moral (Sittengesetz) universal.
Los únicos objetos de la razón pura práctica son el bien (Guten), como objeto necesario de la facultad de desear, y el mal (Bösen), objeto necesario de la facultad de aborrecer (Verabscheuungsvermögens). Bueno, dirá en otro lugar, es lo que, por medio de la razón y por el simple concepto, place. Bueno para algo (lo útil) es cuando place como medio a otra clase; bueno en sí es cuando place en sí mismo.
En ambos casos está encerrado el concepto de fin.
La moral kantiana enfatiza fuertemente el concepto del deber, identifica el bien como deber. Por ejemplo, virtud es la disposición mental sólidamente fundada de cumplir correctamente con el deber. Los actos humanos se dividen en trabajos y juegos. Los trabajos están bajo la ley del deber.

3.3. Bienes humanos fundamentales
Existe un grupo de bienes que responden al hecho de que las personas humanas son sustancias orgánicas, y pueden agruparse bajo el encabezamiento “vida”. Esta categoría incluye la preservación de la vida: los llamados “asuntos de vida o muerte”. También abarca oíros aspectos de la vida, tales como la salud, la seguridad y la prevención o curación del dolor. Aquí se incluyen la procreación, la generación de una nueva vida y la crianza de los niños, ya que una pareja no puede desear tener un bebe más que por la voluntad de continuar con la vida, dando a este nuevo individuo un punto de partida para participar en todos los demás bienes que contribuyen al florecimiento y realización del ser humano.

Un segundo grupo de bienes reflejan el hecho de que las personas humanas son racionales; se les puede poner como etiqueta la de “conocimiento especulativo”. Como bien humano fundamental, este es un conocimiento que se busca por si mismo, no como medio para alcanzar un fin. Podría decirse que buscamos este conocimiento simplemente para satisfacer la curiosidad. Por muy grandilocuente que suene eso de “conocimiento especulativo”, no debe ser identificado con la actividad de pensadores imparciales como los investigadores o los científicos. La demanda de conocimiento especulativo se presenta en las situaciones más comunes: en la actividad de un niño que desmonta un reloj para ver cómo funciona o en la de un hombre charlando con un amigo acerca de la nueva familia que se ha trasladado a su vecindario.

En correspondencia con el carácter racional de las personas y el impacto de la inteligencia en la sensibilidad humana, aparece un grupo de bienes relacionados con la “experiencia estética”, la apreciación de la belleza, Esta incluye no sólo el disfrute con las obras de arte de la música y la pintura, sino también otras experiencias, diferentes al menos superficialmente. El placer que se siente al contemplar un paisaje bello puede constituir una experiencia estética, y también puede serlo el placer de ver un partido de fútbol en la televisión. Aunque hay diferencias obvias entre el ballet y el fútbol, el placer que se obtiene de cualquiera de ellas puede significar una experiencia estética autentica. Las personas buscan este tipo de experiencias valorándolas en sí mismas.

En la experiencia estética, existe un cuarto grupo de bienes - derivados del hecho de que las personas son a la vez racionales y animales - que se refieren a las propias habilidades. En un sentido muy amplio, estos bienes pueden etiquetarse bajo la categoría de “juego”. El trabajo puede ser una forma de participar en este bien, que esencialmente implica una transformación del mundo natural, dándole valor y significado a través de una actuación hábil. Ciertamente, el “juego” se refiere principalmente a los juegos y al deporte, pero es posible que una persona ocupada en una actividad importante, física o mental, esté jugando realmente, aunque cualquiera diría que está trabajando. Mientras los espectadores participan en la experiencia estética cuando ven un baile de ballet o un partido de fútbol, los bailarines y los jugadores están participando del “juego”.

Aunque los bienes agrupados bajo estas cuatro categorías son muy diferentes unos de otros -y. como veremos, realmente no pueden ser reducidos uno a otro, ni a un denominador común, todos tienen en común al menos lo siguiente: es posible entenderlos sin hacer referencia a la acción; al constituir una razón para actuar, su significado es independiente de la acción humana (aunque esto no quiere decir que tengan una existencia independiente por sí misma al modo de las ideas platónicas).
Sin embargo, hay otro grupo de bienes que se pueden buscar por sí mismos, pero cuyo significado esta ligado a la acción humana: la acción autodeterminada esta implicada en su propio significado. Todo tiene que ver de una manera u otra con la resolución de tensiones y con el logro y mantenimiento de la armonía, bien en uno mismo bien en las relaciones con las demás. (Aunque la terminología no tiene aquí especial importancia, a los bienes del primer tipo se les puede llamar “sustantivos” y a los del segundo, “reflexivos”.)

1 comentario:

tamshik dijo...

Bueno está es mi síntesis espero que les sirva de algi mi aporte:

El bien es el valor que se otorga a la acción de un individuo, también se puede definir como los que conviene a una cosa, lo que la perfecciona, pero con independencia del dolor o placer que pueda ocasionar; el conjunto de acciones bien ejecutadas son las que propugnan el bien.